Retratos (parte 2)
- Patricia Álvarez
- 18 sept 2019
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 22 ene 2021

Suhaib
Nadie en esta calle se llama como yo, aquí todos se llaman Mohammed.
La callecita maravillosa en cuestión es Grand Capitan, un lugar mágico de la medina de Tánger.
Cercano a la tumba de Ibn Battuta, llego por casualidad y en seguida me atraen las pintadas que decoran
los muros de las casas. Estoy haciendo fotos con mi camarita y alguien me dice desde atrás en perfecto castellano, -pasa y haz fotos.
La mirada triste de Suhaib se encuentra con la mía. -Los vecinos hemos hecho esta calle así, y la mantenemos limpia. Nos reunimos y decidimos hacer estas pinturas en las casas.
Me cuenta esto mientras caminamos por la calle.
Yo estoy alucinando ante la belleza, el colorido y el frescor que desprende. Exuberancia pura.
Kif-kif tangerino, de todos y de nadie, inesperadamente natural, abierto.
Ligereza sustanciosa.
-Cada vecino pagó la pintura según su dinero, este, pago esta fuente.
Señala una fuente que hay en el muro de una casa.
-Todos pagamos al señor que limpia.
Un perfecto orden dentro del aparente caos de la medina, cuerpos que negocian, que se ponen de acuerdo
por el bien común de su espacio vital. Me acuerdo de mi barrio, Vallecas...cuanto tenemos que aprender en ciertos espacios de ciertos espacios.
-Nadie en esta calle se llama como yo, aquí todos son Mohammed. Viví en Madrid en un centro de acogida en Moratalaz, quiero volver, lo he intentado varias veces sin suerte. Ahora quiero ir legal, ya no quiero ir sin papeles.
Suhab vende tabaco de contrabando, hachís y algunos suvenires en la esquina de la calle.
-Sí trabajo en la obra gano muy poco, así gano mucho más.

Caminamos por la calle, parándonos en cada pintura, me cuenta que las ha hecho un artista de la calle, Yussuf. Me lleva a su puerta y me lo presenta. También me lleva a conocer a los músicos del barrio cuando le hablo sobre mi interés por la música. Justo se están preparando, tienen un bolo en una boda. El insiste para que toquen, los músicos amables le dicen que tienen prisa. Yo me siento como la guiri tonta, y les digo que lo entiendo que es momento de prepararse para trabajar...
Suhaib tiene la mirada triste, pese al entorno en el que vive, lleno de paz y bienestar es consciente de que la perspectiva del futuro es incierta, aún si consigue llegar a España, que es su sueño.
Yo también siento que mi futuro es incierto, aunque pueda tomar pequeñas decisiones, tales como viajar y ver desde fuera lo que hay dentro. Entrar y salir de las medinas, asomarme por los huecos en los que me permiten...Ir y volver. Soy como todos la mayoría de los europeos una privilegiada, hasta para elegir mis incertidumbres...
Llega la hora de despedirse.
-Eres muy guapa, tenia que decirlo.
-Barakallahu fik, respondo.
Comments