Lamento (Tierra/Metal)
- Patricia Álvarez
- 30 ago 2018
- 3 Min. de lectura

(...)
Ninguna persona
es una isla;
la muerte de cualquiera me afecta,
porque me encuentro unido a toda la humanidad; por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti. JOHN DONNE*
ALQUIMIA: De la voz al cuerpo
Serie de vídeos grabados en el marco del curso Transcendencia en la Música Tradicional, impartido por Mara Aranda (Early Music Morella 2018).
Improvisaciones sobre el trabajo de voz y elementos que desboca en el movimiento.
Lo maravilloso de los procesos cuando te implicas realmente en ellos es que son como un río caudaloso que te lleva acunándote en sus corrientes, y aún, con los remolinos, rocas y demás saltos...es siempre la suavidad del agua lo que te cuida y protege. Estar protegido no es no peligrar, no sufrir. Estar protegido es saber que puedes transcender todo aquello que te ocurra...

Hoy es el último día de curso, de este río caudaloso donde sumergidas hemos sido acunadas constantemente por el fluir del agua. Después del día intenso de ayer, con el trabajo de la tierra, la experiencia del giro derviche guiadas por Mercedes Campello, que revolvió y agitó corazones y mentes; y la preciosa vivencia escénica de acompañar a Mara en su concierto en dos canciones poniendo nuestras voces, todas estamos cansadas.
Mientras Mara trabaja individualmente con una compañera, las demás tenemos un poco de tiempo libre y decido entonces, aprovechar el privilegio que nos brinda el ser alumnos del festival de poder vagar por las zonas del recinto del convento aún cuando no está abierto al público, y subir al castillo para encontrar el lugar donde bailar la tierra.
El castillo está construido sobre unas más que imponentes rocas gigantes de un color amarillo cobrizo, que brilla en su roce con el sol poderoso que ya reina en los cielos. Hace mucho calor y la luz quema, aunque es temprano.
Siento la mirada profunda de las rocas, que sin desafiarme, desafían con su presencia milenaria, cuantas generaciones, cuantas personas plantando su semilla en la madre tierra, han sido necesarias, para que yo esté ahora aquí observando la roca. Cuantas generaciones, cuanto de ellos, de esos seres, está aún en mi ADN... Las lágrimas, el hambre, la alegría, los sueños, lo que perdieron, a lo que renunciaron y lo que encontraron casualmente en el camino...estoy hecha de todo ello, estamos hechos de retales de vida...

Me acerco a la roca, la palpo, siento su memoria, la de sus vivencias a través de los siglos, el viento estrellándose contra ella, el agua deslizándose, el sol calentando su piel, la madre naturaleza participando de todo, siento eternamente mutable, estando eternamente en transformación. La constante e invisible mutación de la vida...
Comienzo a bailar usando la gravedad que me sugiere la piedra, me apoyo en ella, me adapto a su duro contorno, no es sencillo, pero si fácil dejarse ser con ella, nuestros ADN ancestrales, se entienden. Me empasto con la roca y con el movimiento que surge de mi y disfruto.
Me duelen mucho los pies, mis durezas no pueden con este suelo, pero me da igual...
DIN... DON... DIN... DON... de repente comienzo a escuchar campañas, parece que hasta el sol se apaga, se pliega al poderoso sonido del metal rugiendo.
La melodía retumba en mi pecho, mis movimientos se acompasan hasta que bailan su tañer. La Tierra y el Metal hacen el amor libremente, el sonido es recibido por el movimiento y depositado en la piedra...en proceso constante, cíclico...
La campanas paran, en un rato estaré abajo en el convento, trabajando con el metal...Estoy sorprendida y emocionada, de como el elemento se me ha presentado, así, sin esperarlo. Y sé que algo se ha cerrado, ya puedo salir de este río caudaloso...
Camino hacia el claustro del Monasterio para incorporarme a al grupo. Es casi la hora de abrir, me cruzo con uno de los trabajadores del castillo, y le digo lo bonitas que suenan las campanas que dan las horas, son justo las 11 a.m... Me sonríe y sigue su camino, de repente para en seco, gira la cabeza y me grita "Son campanas de muerto"
John Donne (Londres, 1572-1631) está considerado como el mejor poeta en lengua inglesa de la Era Moderna
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